Señor, al iniciar esta semana, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza, condúceme, dirigeme y guíame.
Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor, de positividad y de alegría, quiero ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.
Enséñame a ver detrás de las apariencias,
ver a mi familia, amigos y compañeros de trabajo, como los ves tu mismo, para así poder apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de todo chisme, que solo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia, en mi trato, en mi servicio y en mi vida.
Revísteme de tu bondad y misericordia, Señor, y haz que durante este día, en mis cotidianas labores, yo te sirva, alabe y bendiga tu nombre... Amén